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Yo vi jugar al Chino Recoba

Posted by sergiopalay en octubre 21, 2012

Foto: Agustin Kniazev

Corría el año 1993 cuando la gente de Danubio me hablaba maravillas de un Pibe mágico al que le decían Rusito. El tristemente desaparecido Fabián Olivera apenas llegó a desplegar un poco de su talento en aquella Sub 17 que integraban el Loco Abreu y el Fede Magallanes entre otros.
Sin embargo, la «Universidad del fútbol» tenía pronto a otro pichón de crack. Un muchacho de pelo largo y rostro achinado que comenzaba a demostrar su clase.

La primera vez que lo vi en directo fue una tarde 1994, cuando Peñarol y Nacional se jugaban el campeonato. Los tricolores enfrentaba a Danubio en el Parque Central. Recuerdo que llegue en el
segundo tiempo y me fui para el Talud de la Héctor Scarone. Nacional se puso en ventaja en el segundo tiempo pero una buena corrida de Recoba empataba el encuentro. Los tricolores se fueron como una tromba por el empate. Movieron y sacudieron al golero quien mandó al corner. Tras el centro la pelota deribó para Recoba que empezó a correr. Desde el Talud, lo único que alcance a ver fue como con una gambeta larga eludía a Seré y tocaba hacia el gol. Ese día me dí cuenta que era un jugador diferente.
Un año después, poco antes de la Copa América, fui uno de los que observé asombrado como tiraba un sombrero en su debut internacional ante España.

Tras muchas idas y vueltas, el famoso paquete, y ver un fotomontaje casero en la tapa de Últimas Noticias que lo ponían con la camiseta de Peñarol, me sorprendió que llegará al Bolso.
Él, el malogrado Ricardo Bitancort, el «Rifle» Puglia y el Diablo Correa era el famoso paquete que Damiani no quiso y Ceferino Rodríguez recibió con los brazos abiertos. A la luz de los acontecimientos, quizás el mandamás aurinegro tuvo razón, sin embargo, nosotros tuvimos el gusto de ver ese año jugar a Recoba. De su mano y con Miguel Puppo como DT, Nacional ganó el Clausura y aún hoy me pregunto como el equipo de Fossatti, con Antonio Pachecho como única figura ofensiva, pudo quedarse con el título ante un equipo que parecía favorito.

El día de la segunda final, cuando el Tony marcó la apertura y el Ñato Parodi puso el empate que a la postre no alcanzó (gol del «Negro» Tais en el encuentro de ida) Yo fui uno de los que se decepcionó con la actuación de Recoba.
La victoria en el siguiente clásico de la Liguilla por 2-0 con goles de Ravera tampoco mejoraron las cosas. El Chino se empecinó en hacer el gol de su vida y un añejo Vasco Aguirregaray le ganó no menos de cuatro mano a manos. Pese a la victoria, sali pensando «Este que se piensa que es, Maradona, que los quiere eludir a todos».

Meses más tarde por Libertadores y tras perder el primer clásico del grupo, en la revancha Nacional ganó con 2-0 con una sutil definición de Recoba. Era una muestra de lo que vendría.
En ese Apertura hizo goles de todo tipo y color destacándose obviamente aquel tanto ante Wanderers cuando arrancó desde su campo y tras eludir a medio equipo la mandó a guardar.

Con el título bajo el brazo emigró a Italia. El Mundo presenciaba el debut del gran Ronaldo en el Inter y Yo como unos pocos uruguayos nos ilusionábamos con ver jugar a Recoba unos minutitos. Y el 20 entró y se robó el espectáculo. Con un gol metros después de la media cancha y otro tanto de gran factura hizo su presentación en el Calcio.
Se veía que estaba para grandes cosas pero el Inter era una constelación de cracks. Cuando pasó al Venezia pensé que se perdería en un equipo condenado al descenso. Pero el sólo lo salvó. Fin de semana a fin de semana era un gusto ver la Giostra del Gol y observar los goles del Chino con la camiseta negra.
Su vuelta al Inter fue inmediata. Por ese tiempo ya era titular con la celeste y pese a que jugó
varios encuentros de la Eliminatoria para Francia 98 su juventud le eximió de la responsabilidad de la eliminación. Un año después lo volvimos a ver con la del Bolso, en los festejos de los 100 años ante el PSV Eindhoven.

Volviendo a la celeste fue en la Eliminatoria 2002 cuando fue protagonista. Jugando bien, mal y regular recibió criticas y aplausos. Sus córners cortos y sus tiro libres que avisaban pero no entraban se hacían complicados. La gente le pedía que marcase y que se tirase a los pies y los que le defendíamos teníamos pocos argumentos para hacerlo. En esos momentos ser hincha de Recoba era bravo. Sin embargo, teníamos nuestras recompensas. Como aquella tarde contra Brasil cuando arrancó desde nuestra cancha y fue avanzando hasta ser derribado en el área. El penal concretado por Magallanes nos dio un trinfo clave.
Tan clave como sus centros en el repechaje contra Australia que nos llevó a Corea y Japón 2002.
A diferencia de muchos, no lo vi jugar mal en ese Mundial. Claro, no culminó las jugadas y siempre quedará en el recuerdo esa pelota que no le dio a Abreu por ejemplo y pareció poco ese exiguo gol de penal ante Senegal.

A nivel de clubes los años pasaban y pese a algunos problemas legales su presencia en el Inter era
indiscutida. A veces de titular o a veces de suplente, dos por tres nos sorprendía con un gol tremendo, de esos que entraban en los resúmenes de los mejores goles del año.
Pero con la celeste las cosas no le salían. Indiscutido para Fossatti, la duda era de que ponerlo … de punta, de media punta, de enganche. Los aplausos cada vez eran menos y los impacientes intentaban convencernos de que no podía jugar. Lo cierto es que apenas recordamos aquel gol a Argentina como su aporte máyor en aquellas eliminatorias rumbo a Alemania 2006. El repechaje ante Australia y aquella jugada que no concreta en el primer tiempo pareció ser su despedida con la celeste. Ya sin tanto protagonismo en el Inter, le vimos buenos minutos en la Copa América 2007, pero problemas de relacionamiento le dejaron fuera de la Selección del Maestro.
De 2008 a 2009 como que le perdí un poco la pista. No fue muy bueno su paso por el Torino y si bien de vez en cuando llegaban datos de algún gol en Grecia el poco potencial de la Liga no merecía mayor destaque.

Cuando lo vi volver en el 2010, pensé que era buscando su chance de estar en el Mundial. Cuanto se habló ese año. De su paso a Peñarol, de su amistad con Pacheco y como nos calentamos unos cuantos. La realidad es que terminó jugando en Danubio, siendo silbado en el Parque Central y convirtiendo un inútil tanto ante los carboneros.

El día del segundo gol olímpico a Liverpool … Foto: Agustin Kniazev

A mediados del 2011, cuando su carrera parecía terminada, sorprendió a todos regresando a Nacional. Era brava la parada. Pero arrancó con buen pie. Ese gol a Defensor y los siguientes marcaban una diferencia: Ya los disparos de Recoba no pasaban cerca u obligaban a tremendas tapadas. El sonido del UHH comenzó a cambiar mucho más seguido por el de GOL. Perdía menos pases y esa vieja discusión que durante años se entablaba sobre «¿de que juega Recoba?» ya no era tal. Recoba era un 10, un 10 que hacía jugar a todos corriendo lo necesario y distribuyendo la pelota de manera notable.

Su temple, ese que alguna vez estuvo en duda, quedó de manifiesto cuando en la hora asumió la reponsabilidad de fusilar al golero en el clásico del 2-1. Su condición de ganador, esa de la que también se había dudado, se reafirmó cuando marcó el gol decisivo en el último encuentro ante Liverpool. Y así se terminó el 2011 con Recoba y Nacional en paz. Faltaba sólo saber si podría ganar el tan ansiado campeonato y vaya que lo hizo. Con más minutos en campo fue el héroe del clásico del 3-2 cuando de tiro libre marcó el gol de la victoria, y detuvo los relojes, lo corazones y las miradas de los hinchas cuando se tomó un segundo más para definir en la final contra Defensor. Por fin Recoba era campeón.

De allí en más su nombre pasó a ser sinónimo de ídolo y la frase «Yo vi jugar al Chino» más común en el ambiente. Goles como el de Iquique por debajo de la barrera o el olímpico a Fénix eran tan sólo una muestra.
Una semana se habló de si el olímpico era tal. Y el tipo fue y despejó las dudas marcando un tanto inapelable ante Liverpool, de los más espectaculares que confieso vi en mi vida.
Con 36 años a cuesta Recoba es como el vino y hay que difrutarlo. Yo vi jugar a Recoba a los 16, a los 20, a los 25, a los 30 y creanme que nunca lo vi como ahora. Valio la pena esperar tanto tiempo para ver a un jugador así.

Yo vi jugar a Recoba …un jugador que marcó época y que si lo dejan aún puede cobrarse una revancha más. …

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